Esta es Rasta. Así nos encontramos a la pobre en la perrera. Casi no podía ver de cómo tenía el pelo de enredado. Es un animal muy mayor y está inmensamente triste.
Pensamos que al llegar a la residencia se sentiría mejor, pero una jaula compartida no es lugar para ella. Necesita de un lugar caliente que aplaque el dolor de sus huesos y una mano amiga que termine con la soledad de su alma.
Ha dejado de comer y tememos que se eche a morir.
Por favor, difundidla. En algún lugar se encuentra una persona con un huequito caliente y mucho amor para Rasta. Quizás así podamos darle muchos días de la buena vida que ella merece.
CONTACTO: perrosurgentes@hotmail.com
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