NUVA Y WESTY, CUANDO FIRMAN TU SENTENCIA DE MUERTE-GRANADA

Cuando entras en las oficinas de la perrera todo parece muy normal, pero cuando cruzas las "barreras" que te llevan a la misma perrera te das cuenta hasta que punto resulta lúgubre este lugar... No quiero elegir, sólo pido que me den un perro que tiene dificultades para ser adoptado y me sacan a dos: a Westy y a Nuva, ambas con 0 posibilidades de evitar el sacrificio: Westy porque es muy vieja (10 años), Nuva porque su propio dueño firmó su sentencia y nadie iba venir a reclamarla.

A Nuva la sacaron en el último momento, cuando ya me iba a ir y me sorprendió el papel que me daban, puesto que autorizaba con la propia firma del dueño el sacrificio de la perra. ¿Cómo alguien no se echa atrás al tener que firmar este papel? Sólo pensar en esta situación da escalofríos...

Venía asustadísima, temblando, mojada y con las patas llenas de mugre. Aun así, ya en mis brazos, hizo intentos de mover el rabillo y lamerme la cara en agradecimiento. Nuva es una perrita joven, de tan sólo 2 añitos, a la que quedan años y años de vida. Es de tamaño pequeño y está hecha un torbellino: le encanta la gente, salta sin parar para que le hagan caso, pega pequeños ladridos para llamar la atención de cualquiera que quiere prestarle un poco de su tiempo. Llegó con hongos y está en tratamiento. En el refugio tiene que pasar todo el tiempo sóla en una jaula para no contagiar a los demás...

Westy... Era blanca, pero de este color no quedaba ni rastro. Al verla de cerca descubrí a una mestiza de foxterrier vieja y castigada, sin pelo en algunas partes, sucia y desaliñada, algo miedosa y desganada. Me persiguió hasta el coche y subió sin pensárselo dos veces. Westy es muy cariñosa, pero desconfiada al principio. No le gusta que le asusten por detrás, se da la vuelta bastante "enfadada"; y odia que le quiten su comida, por lo que hay que darle de comer separada de los demás para que no surjan conflictos.

La suerte de ambas ha cambiado a partir de este momento, y ahora sólo falta el último paso que puede hacerles felices de forma definitiva: un adoptante responsable. Y como decimos en nuestra página web "¡¡ellas también quieren comer turrón!!" ¿Quieres darles esta oportunidad?

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