Este pobre desgraciado es un labrador de 8 meses. La semana pasada el hijo de puta que lo compró lo llevó a sacrificar a la clínica de una amiga. Ya no lo quiere. Dice que tiene displasia y que hay que operarlo y que él pasa. Hemos pedido consulta con traumatólogos para ver si es verdad y de momento han convencido al cabrón de que lleve al perro a una residencia. A la pregunta "¿pero no le tienes algo de cariño al perro después de 8 meses?" la respuesta ha sido "No, ninguno. No quiero al perro esta noche en mi casa. O está colocado donde sea ahora mismo o lo llevo a otra clínica para que lo sacrifiquen" Y por cierto, ya tiene encargado un pastor alemán. Tuvo otro perro antes, tampoco le gustó y lo mandó a sacrificar.
Contacto para adopción: adopciones@elrefugioescuela.com
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DESDE LUEGO QUE ES UN HIJO DE LA GRANDISIMA PUTA,COMPRAR PERROS,NO GUSTARLES Y MANDARLOS A MATAR,A VER CUANDO LE TOCA A ÈL.
ResponderEliminarEsto es un asco. Hay gente que cree que los perros son peluches y al más mínimo problema hala, a quitárselo de encima de cualquier manera. Esa gentuza me dan ganas de vomitar.
ResponderEliminarsi no quiere al perro pues que lo venda a otro q si lo quiera o que lo regalo ... pero sacrificarlo! esta joven pobresito :( eso no se hace
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