De nuevo, Gunder, afortunadamente ya no está en la calle, fue recogido, como otros tantos perros, por Loli y apadrinado por Jany, quien se encarga que no le falte el pienso mensualmente.
Este perro que, aparentemente más de uno pensará que es un callejero y que ha vivido siempre en la calle, puede que no sea ese su pasado, pues está bastante educado, te da la patita, se sienta, si le llamas, viene, digamos, una joyita, teniendo en cuenta la de veces que oigo en el parque, dueños cansados de llamar a su perro y éstos, ni caso.
Eso sí, pobrecito, añora mucho la libertad que le proporcionaba la calle, tiene mucha energía, es todavía un perro joven y la jaula se le hace demasiado pequeña.
Como tantos otros peros sin hogar, necesita uno, una familia, sentirse libre en compañía y entre 4 paradas, de una casa, claro está.
ESTE ERA EL PRIMER MENSAJE QUE DIFUNDIMOS:
Edad: 2-3 años Sexo: Macho
X Pastor Alemán
Tamaño grande
La calle, el lugar tan ansiado por aquellos perros que viven en un hogar, que tienen una camita mullida y nunca les falta comida en su cuenco.
Punto de reunión y de juego con sus amiguitos caninos, donde las horas se les hacen minutos y donde, aunque parezca contradictorio, nunca desean volver a casa, en cambio, el caso de Gunder es totalmente el opuesto.
La casa, objeto de deseo de este perro que, aún a día de hoy, sufre mientras duran las horas de sol, temperaturas de, hasta 40º C.
¡Recordad, esto es Sevilla!
Sus horas se mueven, en este caso, no en un parque, donde inmediatamente sufriría el rechazo de todos los que allí se encuentran, pasea por las calles acercándose a la gente, mendigando pan, comida, lo que sea para darle fuerzas que le ayuden a superar otro día más tan horrible como el anterior.
Gunder se mueve por una zona peligrosa, cercana a una carretera con mucho tránsito de vehículos, no es la primera vez que recibe un golpe y no sólo de automóviles, se le pueden ver las huellas en el lomo.
Desafía cada día las calles de Sevilla intentando volver, intentando encontrar, en este caso, su hogar, su cojín mullidito, su comida, su familia, su seguridad.
Ayuda a Gunder a salir de la calle, acógele, adóptale, apadrínale, como siempre, la perrera ya está avisada, siempre hay gente a quien incómoda una presencia que no sea humana.
Antes que sea demasiado tarde...
Escribe a lolidalo@hotmail.com
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