Lyco es uno de los perritos más especiales con los que nos hemos encontrado.
Según cuentan, nació en la calle. Pudo sobrevivir a un invierno duro en que incluso las nevadas asomaron por estas latitudes del levante. Junto a su madre aprendió todos los caminos del instinto que le guiaron para alimentarse y huir de cualquier contacto humano que por comprensibles motivos debió vivir como amenazante.
Finalmente fue atrapado por la perrera. Allí en su jaula, no supo entender su primera relación con las personas. Encogido en un rincón pasaba el tiempo, reaccionaba con agresividad ante cualquier acercamiento y tan sólo se sobreponía al miedo ante quien le acercaba la comida a quien vigilaba con el pelaje erizado y todo el abandono en su mirada.
Ante la perspectiva de no poder insertarlo jamás en un hogar y que sus conductas se reafirmasen, unas compañeras decidieron buscarle una oportunidad. Con la emoción del altruismo y sin planes ni recursos lo llevaron a una residencia en que está atendido por una etóloga.
Allí está haciendo progresos desde el primer día. No muestra conductas agresivas en ningún momento ni hacia personas, ni a otros animales. Ha aprendido a pasear con arnés, y aunque tímidamente comienza a acercarse a los compañeros perrunos y a las personas.
Sólo necesita paciencia, amor, una persona experta que sepa entenderle y algo más de tiempo. Esa es realmente su única oportunidad para sea el animal seguro y feliz que todas ansiamos.
Sin embargo, las compañeras, Sandra y Bea, no pueden seguir costeando su única salida, y desesperanzadas nos piden ayuda para poder seguir adelante con Lyco. Ellas apostaron por él ,y Lyco es un magnífico perro superviviente. Todavía no tiene un año y merece que le ayudemos a conseguir una buena vida.
Si alguien quiere contribuir a salvar a Lyco que contacte por favor con Sandra sandra.daysa@gmail.com Ella os dará toda la información que preciséis. (También podéis llamar al 607 040 703, si no puede responder, dejadle recado en el contestador)
No es la primera vez que escribimos sobre su historia, pero hasta ahora nadie se ha decidido a colaborar lo cual hace peligrar seriamente su destino.
Según cuentan, nació en la calle. Pudo sobrevivir a un invierno duro en que incluso las nevadas asomaron por estas latitudes del levante. Junto a su madre aprendió todos los caminos del instinto que le guiaron para alimentarse y huir de cualquier contacto humano que por comprensibles motivos debió vivir como amenazante.
Finalmente fue atrapado por la perrera. Allí en su jaula, no supo entender su primera relación con las personas. Encogido en un rincón pasaba el tiempo, reaccionaba con agresividad ante cualquier acercamiento y tan sólo se sobreponía al miedo ante quien le acercaba la comida a quien vigilaba con el pelaje erizado y todo el abandono en su mirada.
Ante la perspectiva de no poder insertarlo jamás en un hogar y que sus conductas se reafirmasen, unas compañeras decidieron buscarle una oportunidad. Con la emoción del altruismo y sin planes ni recursos lo llevaron a una residencia en que está atendido por una etóloga.
Allí está haciendo progresos desde el primer día. No muestra conductas agresivas en ningún momento ni hacia personas, ni a otros animales. Ha aprendido a pasear con arnés, y aunque tímidamente comienza a acercarse a los compañeros perrunos y a las personas.
Sólo necesita paciencia, amor, una persona experta que sepa entenderle y algo más de tiempo. Esa es realmente su única oportunidad para sea el animal seguro y feliz que todas ansiamos.
Sin embargo, las compañeras, Sandra y Bea, no pueden seguir costeando su única salida, y desesperanzadas nos piden ayuda para poder seguir adelante con Lyco. Ellas apostaron por él ,y Lyco es un magnífico perro superviviente. Todavía no tiene un año y merece que le ayudemos a conseguir una buena vida.
Si alguien quiere contribuir a salvar a Lyco que contacte por favor con Sandra sandra.daysa@gmail.com Ella os dará toda la información que preciséis. (También podéis llamar al 607 040 703, si no puede responder, dejadle recado en el contestador)
No es la primera vez que escribimos sobre su historia, pero hasta ahora nadie se ha decidido a colaborar lo cual hace peligrar seriamente su destino.
LYCO, BEA y SANDRA merecen nuestra ayuda.
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