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¡AVISO! ALGUNAS IMAGENES SON DESAGRADABLES Y DURAS, PUEDEN HERIR LA SENSIBILIDAD DE ALGUNAS PERSONAS PERO QUIERO MOSTRARLAS PORQUE ES LA TRISTE REALIDAD QUE VIVIMOS EN ESTE PAIS. LAS ENTRADAS LAS VOY ACTUALIZANDO SEGUN ME LLEGA LA INFORMACION SOBRE LOS DIFERENTES CASOS.



sábado, 7 de enero de 2012

SEGUIMOS INSISTIENDO SELVA, AUNQUE SEA POR ABURRIMIENTO TE ENCONTRAREMOS FAMILIA-SAHAGUN, LEON






Nos encantaría que nos ayudases a difundir masivamente el caso de Selva ya que es una adopción muy difícil, aunque ella es una perra muy fácil y maravillosa.

La historia de Selva es:
Recibimos una llamada el día 17 de julio del 2011. Un hombre que paseaba con sus perros por el campo, vio a un perro que no se podía mover. Nos dijo que pensaba que tenía la columna rota. Nos fuimos rapidamente al pueblo que nos había indicado. Estuvimos una hora para encontrar el sitio exacto donde estaba Selva, ya que el lugar era exactamente la mitad de la nada. Al fin la vimos en una cuneta, con un calor axfisiante, rodeada de zarzas y maleza. Nos acercamos a ella y si que intentó levantarse, pero no avanzaba. Vimo que no tenía la columna rota, pero también vimos que algo pasaba, no se movía como un perro normal. Cuando nos acercamos, ella se quedó paralizada y ya vimos el aspecto horroroso de sus ojos. La cogimos en brazos y nos la llevamos de aquel lugar. Donde la habían dejado era en pleno campo, aquí en tierra de campos que es donde vivimos, donde no había ni un arbol, ni un rio ni un pueblo a varios kilómetros. A Selva la llevaron a aquel lugar para que muriese allí, sola y sin posiblilidad de que nadie la encontrase. Por suerte, este hombre había ido de paseo con sus perros y sus perros le llevaron hasta Selva.
Rápidamente la llevamos al veterinario. Su estado de salud era aceptable. Estaba un poco deshidratada, así que le pusieron suero. Estaba varios kilos por debajo de su peso, tenía pulgas y garrapatas para regalar, pero lo peor eran sus ojos. Nuestras veterinarias nos dijeron que estaba ciega. Lo más fuerte de todo es que Selva tenia microchip, pero solamente aparecía un nombre propio, ni dirección, ni teléfono ni nada, a pesar de ser campos obligatorios a rellenar en el chip. Intentamos hablar con el veterinario que había implantado el chip, pero no nos hizo mucho caso, y al final, decidimos quedarnos con Selva y no tratar de encontrar a su ex dueño porque, si la reclamaba, la tendríamos que devolver y seguramente acabaría por volver a deshacerse de ella y esa vez de manera definitiva. Tomamos esta decisión porque aun no sabíamos lo que el día 30 de septiembre íbamos a descubrir.
Selva se adaptó rápidamente al albergue. Al principio se chocaba con todo, pero en pocos días, se aprendio todo de memoria (nuestro albergue es muy pequeño, 400 metro cuadrados) y se manejaba muy bien por todo el recinto. Con sus compañeros se lleva estupendamente, menos cuando hay comida de por medio, que es muy tragonceta la pobre, será por el hambre que ha pasado. También nos dejo ver la perra tan maravillosa que es, buena, cariñosa, agradecida, siempre está contenta y con lo poco que le podemos ofrecer, ella es muy feliz. Suponemos que su vida anterior ha sido tan miserable que ella en el albergue es feliz y eso que tiene únicamente lo básico. Lo que si que tiene es el cariño de todos los voluntarios porque a todos nos ha robado el corazón. Es un encanto y la queremos todos muchísimo también sus compañeros perrunos, que parece que saben que le pasa algo y la respetan y cuidan muchísimo.
En septiembre, una pareja que colabora mucho con nosotros, nos ofreció la posibilidad de que a Selva la viese uno de los mejores oftalmólogos de España, en la clínica Ocaña de Madrid, el doctor Javier Esteban Martín. Este maravilloso veterinario nos diría si Selva podría tener alguna posibilidad de recuperar algo de visión, todo ello cobrándonos solo el material que utilizase en una posible operación y sin cobrar él absolutamente nada por su trabajo. Además, esta pareja que fue la que hizo posible que Selva fuera examinada por este oftalmólogo, nos dijo que costeaban ellos lo que el doctor cobrase, así que nosotros solo teníamos que irnos con nuestra muñeca a Madrid, y así lo hicimos. El día 30 de septiembre, nos fuimos a Madrid con Selva. Lo pasó fatal en el coche, pero nunca da ni un ruido, se portó muy bien, como siempre hace. Estábamos locos de contentos porque pensábamos que quizá Selva podría volver a ver algo y si no era así, por lo menos lo habríamos intentado. Para lo que no estabamos preparados es para lo que sucedió. En la clínica nos trataron estupendamente, pero cuando examinaron a Selva, nos dijeron que estaba ciega porque alguien le había disparado un perdigón en cada ojo. Creo que ese ha sido uno de los peores momentos que hemos vivido. Solo de pensar en el dolor tan horrible que tuvo que pasar nuestra princesa nos cortaba la respiración. El veterinario nos dijo que los perdigones, al entrar en los ojos, los habían destrozado, pero con el calor, habían cauterizado la herida y por eso no había tenido infección ( que menos mal ) y que no era necesario vaciarle las cuencas ya que no había peligro de infección. Claro está, Selva jamás volverá a ver nada de nada. Aun así, Javier quiso operarla pero solo por cuestión de estética, así que le quitó parte de la carne roja que tenía en los ojos y la expresión de Selva ha cambiado mucho. Por un ojo da la sensación de que te mirá, aunque la pobre nunca volverá a ver.
Después de saber esto, intentamos denunciar, pero ya era demasiado tarde, nos asesoramos y desgraciadamente poco se podía hacer sin poner en peligro a Selva, así que decidimos seguir con nuestra niña y desear todos los días de nuestra vida que el animal que fue capaz de hacerle eso a esta maravillosa perra muera solo, pronto y con mucho dolor, que la vida le enseñe su peor cara y le devuelva todo el sufrimiento que le causó a Selva y a toda la gente que la queremos, que somos muchos.
Selva cumplirá 5 años en febrero del 2012. Estamos buscando para ella una casa con jardín, ya que se pone muy nerviosa cuando sale del sitio que conoce, y por eso, de momento, necesita un jardín para no tener que salir de paseo hasta que ella esté más segura. Se lleva muy bien tanto con machos como con hembras. Con la gente es un dulce, solo quiere cariño, es buena, tranquila y súper cariñosa. No lo sabemos, pero suponemos que no tenga ningún problema con gatos.
Esta es la triste historia de Selva, aunque esperamos que muy pronto su historia cambie y encuentre una familia que la adore, que es lo que ella se merece.
Contacto aatcsahagun@gmail.com - Teléfono: 677 687 772

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